El agua limpia es una necesidad para sobrevivir. A pesar de este hecho, muchas personas no tienen acceso a agua potable. Ésta es la razón por la que nunca debe darse por sentado. Muchos de nosotros consideramos que el agua potable es un requisito básico y, si bien puede ser el caso, lamentablemente no es accesible para todos, por lo que hay millones de personas en todo el mundo que están en peligro.
La importancia de lidiar con las aguas residuales no se puede enfatizar lo suficiente, especialmente cuando son causadas por causas humanas. El agua sucia puede contener varias enfermedades infecciosas, como el cólera y la fiebre tifoidea, por nombrar algunas. Un número lamentable de personas muere cada año por enfermedades transmitidas por el agua y hay mucho trabajo por hacer para gestionar las aguas residuales y evitar que esto suceda.
El saneamiento es fundamental para las personas y el medio ambiente porque permitirá que las personas tengan acceso a fuentes de agua que sean limpias y seguras. Es importante conocer algunos hechos que arrojan luz sobre este problema para comprender mejor la gestión de las aguas residuales:
- Las aguas grises y las aguas negras son los dos tipos diferentes de aguas residuales. Las aguas grises se refieren a las aguas residuales que provienen de cocinas, lavanderías y baños domésticos. Las aguas negras se refiere a las aguas residuales que contienen desechos humanos, animales o alimentarios.
- Hay dos tipos de tecnologías que se utilizan para eliminar las aguas residuales: los sistemas descentralizados y centralizados.
- Cuando los desechos se depositan en fuentes de agua cercanas como arroyos o ríos, es el enfoque descentralizado o la forma poco saludable de eliminar las aguas residuales y dañino tanto para los humanos como para el medio ambiente.
- La opción más segura es el sistema centralizado que utiliza Plantas de Tratamiento que es mucho más saludable. Este sistema coloca las aguas residuales a través de varios procesos diferentes:
- El primer tratamiento separa los sólidos y líquidos mediante tamizado y sedimentación.
- El segundo tratamiento introduce bacterias para consumir cualquier materia orgánica que quede en el agua.
- En el tercer tratamiento, el agua se somete a un tratamiento en el que el carbón activado elimina aún más materia orgánica mediante adsorción.
- El agua final puede contener oxígeno para garantizar que el medio ambiente y los cuerpos de agua que la reciben tengan los niveles adecuados de oxígeno disuelto.
- Los residuos de estos procesos de tratamiento no se desperdician gracias a un proceso llamado recuperación de aguas residuales. Por ejemplo, los sólidos y líquidos que se separan durante el tratamiento inicial están disponibles como fertilizante que se puede utilizar para uso agrícola.
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